jueves, 26 de agosto de 2010

SONRISA




Tengo una sonrisa para regalarte
Tengo mil cartas de amor
Y tengo todo el tiempo que perdí sin ver el sol
Tengo mil historias que quiero contarte
Escondidas en mi voz
No quiero dejar nada por sentir, ya sé quien soy


Y al fin se que amanece y me respiro la mañana

Desate las vendas que ocultaban mi mirada
No quiero que la prisa me obligue a no ver nada
¡Por fin la lluvia me toca!

Fragmento de Sonrisa (A. Torroja)




Tumbada sobre el cesped me dí la vuelta como un calcetín y con paciencia desmonté cada una de las piezas de mi pequeño puzzle. Pensé y pensé, recordé pero también soñé con el futuro.

Contemplando a Mateo dar sus primeros pasos, decidí desatar las vendas que ocultaban mi mirada y solté lastre, porque yo tampoco quiero que la prisa me obligue a no ver nada. Y la lluvia que no llegó, me tocó sin embargo, y el aire puro de color azul cobalto me susurró al oído y dibujó en mi ombligo el mapa de las cosas que no había visto simplemente por no quererme.



Una nube de algodón de azúcar me obligó a contemplar entre sus dedos tibios el tiempo que perdí sin ver el sol y en ese momento la clarividencia se instaló en los pliegues de mi falda y una mariposa besó mis pies desnudos para recordarme que me quedan mil historias por contar, mil cosas para regalar escondidas en mi voz.

Abracé la ternura y la hice mi estandarte y mi bandera, porque está dentro de mí y siempre será mi credo y mi religión. Supe que si dejaba mi corazón volar, todo sería mucho más fácil.

Y puede que la vida me empuje de nuevo, seguro que lo hará. Pero le he jurado pinchando mi dedo con un alfiler y acariciando luego una estrella para sellar con ella mi pacto de sangre (lo mismo que cuando era una niña que siempre sonreía), que no voy a permitirme dejar de hacerlo. No voy a dejar de sonreir. No voy a dejar de sentir, aunque duela. Jamás.


ANA TORROJA/ SONRISA