BRIANDA

.- Yo no tengo corazón…

Es lo que Brianda solía contestar a quien osaba pedírselo como prenda de su amor. A los amantes que agonizaban por su cuerpo de diosa, todo marfil y seda. A los que soñaban con sus pechos perfectos y sus caderas imponentes, con sus piernas larguísimas, con el relieve grandioso de su sombra, con el valle misterioso de su pubis, con sus nalgas redondas y tersas…

.- Yo no tengo corazón…

Se lo había comido una noche de invierno, se lo había arrancado con sus propias manos, para no sufrir más, para no sentir, para inmunizarse contra el dolor.
Lloró horas y horas, y dejó caer sus lágrimas en una jarra tan transparente como su alma. Y se las bebió con parsimonia, pues sabía que eran las últimas que derramaría…

.- Yo no tengo corazón…

Era impermeable al amor y a los afectos. Se había vacunado contra el mundo y contra la vida, sus ojos eran puro frío, sus manos puro frío, sus pies puro frío… Su vida era puro frío, un iglú impenetrable de escarcha y hielo.

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Pero una tarde cualquiera, en un parque cualquiera de una ciudad cualquiera, se cruzó con unos ojos de hombre tan tristes como los suyos.
Y una suave y olvidada sensación de calor se instaló entre sus muslos.
Y se llevó la mano al pecho. Y supo que estaba perdida.

Estaba latiendo…

PHIL COLLINS /YOU'LL BE IN MY HEART