miércoles, 3 de junio de 2009

COMO AGUA PARA CHOCOLATE


Qué podría decir de este libro que he leído tantas veces... qué podría decir de la película que he visto tantas veces...
Este libro es una novela de amor que relata la vida de una muchacha que sufre a causa de las tradiciones antiguas de que la hija más pequeña tenía que cuidar a su madre, creció en la cocina la cual era su único consuelo, sus platillos tenían diferentes efectos según el carácter y comportamiento de la persona que los comía. Cocinar, era su único escape a los problemas que le causaba haberse enamorado, al dolor de no poder estar con el amor de su vida, del golpe fatal que fue para ella saber que el hombre que amaba se casaría con su hermana, de las humillaciones y golpes de su madre y la perdida de la persona que la crío y quiso más que su propia madre; paso por tantas dificultades que cuando sintió que había encontrado de nuevo el amor se dio cuenta de que seguía amando a ese hombre que a pesar de todo era su más grande y único amor. Ella siempre luchó por romper esa tradición que parecía ser su maldición. Cuando por fin pudo librarse de todo lo que le impedía ser feliz y estuvo en el momento más culminante de su querencia, sufrió la perdida del hombre que amaba. Al fin de la novela logra su objetivo y muere a causa del fuego de su combinación de amor y pasión.



Todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior que no podemos encender nosotros solos. Todos necesitamos el aliento de la persona amada... Una palabra, una caricia, un sonido, algo que dispare nuestro corazón... Cada persona tiene que descubrir qué produce la combustión que nutre de energía su alma.

Pero si no hay detonador, la cajar de cerillas se humedece, y ya no podremos encencer ni uno de ellos...




Y cocinar la receta de la pasión...


En un momento se quedaron solos Pedro y Tita, Pedro la tomó en sus brazos y la llevó al cuarto oscuro que en ese momento tenía cirios encendidos, una alfombra de pétalos de rosas y sábanas de seda... Cada uno pensó que el otro lo había preparado y fueron entonces prisioneros de su pasión, y por fin pudieron estar uno dentro del otro...
En un momento Tita se dio cuenta que Pedro se había muerto a causa de un infarto provocado por la intensidad del momento, porque por fín había amado a la mujer de sus sueños.
Entonces ella empezó a comerse uno a uno los cerillos que un día le había dado el Dr. Brown provocando así su muerte junto al amor de su vida y el rancho completo se incendió.

Cuando Esperanza volvió solo encontró cenizas y un libro de cocina que narra en cada una de sus recetas ésta historia de amor enterrada. Dicen que bajo las cenizas floreció todo tipo de vida, convirtiéndose en uno de los terrenos más fértiles de Piedras Negras...



Encender las cerillas que duermen en nuestro interior, hasta que sólo queden cenizas y un libro de cocina que hable de pétalos de rosas, codornices y sangre que se disuelve. Buscar el camino que olvidamos al nacer y que nos lleva a reencontrarnos con nuestro origen.
Ser y estar en definitiva como agua para chocolate.

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