viernes, 30 de julio de 2010

LUX AURUMQUE



En el final del corredor
pude encontrar mis viejas amigas de siempre
mis compañeras
Les pregunté que tal estáis
yo he caminado mucho y me encuentro cansado
pero tranquilo.
Amiga risa, hermana nostalgia
madre alegria, dulce esperanza
ahora que el viaje termina me
invade la calma.

Solo al final del corredor
miro las fotos que retrataron mi alma
se están borrando
y sobre un mar de confusión
salen a flote algunos errores y faltas
pequeñas faltas

Rojos demonios de la venganza
negros bufones de la ignorancia
ahora que el viaje termina me invade la calma.

Amiga risa, hermana nostalgia
madre alegria, dulce esperanza
ahora que el viaje termina me invade la calma.

Tan solo quiero daros las gracias
que disculpéis mi larga tardanza
ahora que el viaje termina me invade la calma.


(La Calma- Mclan)

Fueron días oscuros. Como si el mismísimo demonio me mordisquease el corazón. Caminando como una funambulista de un circo de tercera sobre un cable gastado, calzando zapatos de tacón. Sin red en la oscuridad más absoluta. Buscando desesperadamente respuestas en un horizonte que de repente desapareció ante mis ojos...

Días de encerrarme en mi despacho y cubrirme la cabeza y la cara con una toalla para que nadie me oyese llorar. De no atender llamadas, de vivir por vivir. De arrastrar mis pies por las aceras y andar sin rumbo por las calles que me alejaban de mis sueños.

Supongo que la muerte de mi padre fue la hecatombe, la catarsis, el punto final de tantas cosas que habían sucedido antes y el principio de todas las que llegaron después.

Releo entradas que escribí y que nunca llegué a publicar, y me asusto de la mujer que llegué a ser, aún hoy me duele haber llegado a sentir y escribir tanto dolor. Y no me reconozco entre tanta desesperación.

Ahora quiero bañarme en luz. Quiero hacer nada. Leer los libros que se han ido acumulando en la estantería. Quiero nadar y dejar libre a la sirena que me habita.

Dejar de fumar. Escribir. Estudiar. Disfrutar de las risas de los niños, del calor de los amigos. Del sabor del café en otros labios, de las estrellas que se mueren en el jardín y resucitan cada noche para no dejar sola a la luna.

Bajar en bici hasta el pueblo, confundirme con el río y su paisaje nuevo, ese que atesora mis mejores recuerdos infantiles. Disfrazarme, por fin, de Pippi Calzaslargas, ahora que he encontrado el modo de colocarme las ligas de colores.

Jugar a la escoba y acordarme más que nunca de él, de su risa, del modo especial que tenía de quererme, de tantas cosas que aprendí a su lado y que tan poco supe valorar...

Ver su silla vacía y ser fuerte y no llorar. Descansar, descansar, descansar. Dormir... Lo necesito más que nunca en toda mi vida.

Y antes de irme, solo me queda agradeceros vuestra presencia durante todo este tiempo.

Gracias por tantos abrazos y besos, por tantas palabras de consuelo. Por tanto calor en las noches más frías...

Este blog ha sido mi pequeño escondite, el lugar donde podía escribir y dejar suelta la pena sin temor a que alguien me viese llorar. A que alguien supiese que detrás de mi sonrisa se escondía el peor de los lamentos.

Gracias a los que habéis estado siempre, siempre. A los que os habéis pasado de vez en cuando y aún así habéis dejado vuestra pequeña huella de cariño. A los que no decís nada pero en alguna ocasión os habéis atrevido a navegar en mi compañía.

Supongo que volveré. Shalott está conmigo y vais conmigo también. Y si no regreso aquí, me instalaré en cualquier otro lugar de la blogosfera. Y saldré a buscaros para que nunca se rompan los lazos invisibles que me atan a vosotros. No importa donde ni cuando. Solo importa el cómo.

El viaje ha sido largo, y estoy, muy, muy cansada... pero en calma.

Un fuerte beso,

Elena


MCLAN/LA CALMA

lunes, 26 de julio de 2010

COSAS QUE NUNCA TE DIJE





Correremos por las calles,
gritaremos tú y yo,
que el amor es un misterio,
y que importa solo a dos...


Llegó a casa cansada y con el pelo revuelto por el dichoso Nordeste, empeñado en acariciar bruscamente su melena recién alisada.

Subió a su habitación y comenzó a quitarse la ropa.

Primero la chaqueta gris del dolor y desencanto. Lentamente, fue desabrochando uno a uno los botones de nácar y tristeza de la camisa y no pudo evitar estremecerse cuando la falda de pura decepción virgen se deslizó por sus muslos y se instaló perezosa sobre la alfombra.

Tumbada sobre la cama, lanzó al aire los zapatos de tacón en los que se encaramaba cada día para mirar el mundo desde arriba y no dejarse caer en la rutina de la desesperanza.

Con cuidado depositó sobre la silla el sujetador que además de los pechos le abrazaba el alma y la sonrisa. Y por último, las braguitas de algodón blanco que besaban sus caderas y el rincón absoluto de la vida y el placer.

Así, desnuda y sin el disfraz de distancia e indiferencia que había cosido pacientemente noche tras noche, se metió en la ducha.
Dejó correr el agua muy caliente. Sí, ya sabía que no era bueno para la piel, ni para la circulación, ni para mantener firmes sus glúteos que se resistían (todavía) a sucumbir a la fuerza de la gravedad. Pero no podía resistir el agua fría. Odiaba el frío. A pesar de haber vivido en un iglú durante algunos meses...

Fue repasando en silencio las palabras, las pausas, todo lo que quería contarle, todo lo que necesitaba decirle, todo lo que debería haberle dicho si el silencio no hubiese anidado en sus labios y en su alma.

No podía. No era aquello lo que quería. Luchó contra sí misma, se rebeló, no, no, no... pero era imposible. NO. No eran esas las palabras, no, no. NO.

Entonces supo el motivo. Supo por qué no era capaz de hacer volar la cometa de sus manos, por qué no era capaz de seguir el remolino de su pelo ni el ritmo de su danza


Y decidió exfoliarse el corazón...

Raspó con un guante de crin los recovecos, las aristas, los recónditos rincones de ese órgano maltrecho que latía como loco, desbocado y febril. Frotó y frotó, hasta que el dolor fue insoportable.
Sus lágrimas se mezclaron con las gotas que la ducha le escupía en la cara y la bañera se fue llenando de las pequeñas partículas de orgullo que caían desde su pecho y se estrellaban contra el suelo.

Se sintió ligera y libre. Al fin...

El pelo mojado lamía su espalda desnuda cuando empezó a escribirle una carta a la luz de la luna llena.
Y el amanecer la sorprendió dormida sobre un folio blanco, en el que solo había escrito dos palabras...


Te




quiero


LUZ CASAL/ BESARE EL SUELO

sábado, 17 de julio de 2010

EL CAMINO DE (la) SEDA




Los días transcurren a la velocidad de la luz, y los veo pasar y los acaricio y pienso que me gustaría atraparlos, pararlos, detenerlos, lo mismo que intento apresar el paisaje de verde y mar que se clava en mi retina cuando llego a casa desde más allá la frontera.

Se que puede resultar obsceno, dadas las circunstancias, que me queje por tener mucho trabajo. Y no, no es eso. No me quejo. Pero a estas alturas siento que el disco duro que está instalado en algún lugar de mi cabeza se está atascando, que quizá esté a punto de romperse.

Yo que me jacto de memorizar fechas, datos, detalles, números de móvil y de matrículas, artículos del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, ayer no fui capaz de recordar el nombre del pueblo donde veraneé tantos años.

Fíjate, esta misma mañana, me quedé en blanco con el teléfono en la mano, mientras una voz repetía diga, diga, al otro lado. Una y otra vez, diga, diga... Y yo sin nada qué decir, porque no sabía a quien había llamado. Colgué. No te rías, es cierto.

La nevera no funciona. No se si llamar al técnico o ir a mirar mañana una nueva. Después de todo ya tiene sus años y quizá nos cueste más repararla que comprar otra si nos ponemos a comparar. Se deshicieron los helados y se consumió la escarcha.
Y todo lo demás se echó a perder, me dí cuenta cuando ví agua en el suelo pero ya era demasiado tarde. Qué desastre.

Supongo que es lo que ocurre cuando el frío desaparece, cuando el invierno coge sus maletas y se marcha a vestir de gris otros corazones.

También mi congelador se estropeó. Y me deshice y se consumió el hielo. Me volví agua. Llevaba demasiado tiempo habitando en el Polo Sur, blanca y huidiza, bebiendo la luz de una aurora boreal empeñada en no dejarse ver.

Pero ahora soy yo, empiezo a ser yo, otra vez...

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Ella acaba de caer en la cuenta de que hace cinco minutos que parlotea mientras preparan la cena. Se da la vuelta y lo mira. Apoyado en la barra del desayuno, con los brazos cruzados y una lágrima a punto de asomar a sus ojos.

.- Qué haces?
.- Mirarte.
.- Y no dices nada?

El se acerca y la abraza por detrás. Con una mano, suelta el Staedler del dos con el que ella se ha hecho un moño enrollando la melena sobre su nuca y traspasándola luego con el lápiz. Con la otra, inicia una danza pequeña e improvisada. Le acaricia la caracola del oído, el lóbulo de la oreja. Desciende hacia el cuello y le hace cosquillas, y sopla sobre su omóplato dolorido y besa la piel que recubre los músculos eternamente contracturados.

Con un solo dedo comienza un viaje con destino final y principio incierto. Recorre la delicada línea que su columna vertebral dibuja bajo el camisón blanco.

Sobre la tela de ese vestido tenue, avanza muy despacio y retrocede, sube y baja como si no quisiese llegar jamás a la estación que alberga un mar infinito.


Sobre ella y para ella, traza un largo camino de seda...

Y mientras Kítaro, desde la sala, tal vez por pura coincidencia, tal vez porque todo está escrito en las estrellas, pone nombre a la magia y llena de música la gran pompa de jabón que inexplicablemente ha aparecido en la cocina.

KITARO/ THE SILK ROAD (versión en directo, mi favorita)

jueves, 8 de julio de 2010

PERMITIDO SOÑAR



Proponerse cosas no es conseguirlas, pero la actitud es importante (T)


Creo que los que me conoceis un poquito sabéis de mi pasión por el fútbol. Corrijo. De mi pasión por el fútbol cuando juega el Sporting, o el Barsa o por supuesto, la Selección. Creo que no sería capaz de tragarme un Arsenal- Bayern aunque alguna vez lo he hecho (creo)

Los que me conocéis en persona, diréis, decís, que no me pega nada. Que viéndome cualquiera diría de lo que soy capaz cuando me pongo una bufanda al cuello o me pinto una bandera en la cara. Que digo yo que no es incompatible el hecho de ser una chica mona (je) y fina (je) con saberte los fichajes de invierno y esas cosas...

Hoy estoy feliz. Porque he tenido que esperar casi cuarenta años para ver a España en una final del Mundial. Porque lloré como una tonta cuando Eloy falló aquel penalty, porque maldije en arameo cuando a Luis Enrique le partieron la nariz en aquel partido infame contra Italia. Porque siempre me repetía a mí misma como un mantra aquello de "jugamos como nunca, perdimos como siempre"...

Hace unos días leí en el Marca (sí, me gusta leer el Marca y el As y el Mundo Deportivo) un artículo acerca del cambio en nuestro equipo. Hablaba de cómo había cambiado la mentalidad de la Selección. Porque no cabe duda de que tenemos unos grandísimos jugadores, sin duda el mejor equipo del mundo aunque el Domingo perdamos. Pero eso no es todo.

Alguien me regaló una frase esta mañana: Proponerse cosas no es conseguirlas, pero la actitud es importante.

Y pienso en que es algo que yo he pensado desde siempre, aunque tantas veces me cueste ponerlo en práctica. A veces me cuesta creer en mí misma, me agobia la responsabilidad, el miedo, la duda, ese sentimiento de culpa que siento casi siempre. Y es en esos días cuando las cosas me salen torcidas, cuando viene Murphy a recordarme que si algo puede salir mal, saldrá mal...


Por eso estoy convencida de que el haber llegado hasta aquí ha sido el resultado de una combinación perfecta de técnica, fortaleza y sabiduría. Pero también de tesón y lucha. Antes teníamos la Furia, pero a veces la Furia no es buena consejera. Nos hace irreflexivos y nos convierte en nuestros peores enemigos. Me gusta más la Roja.
De sangre, del color de los claveles y de las noches de pasión. La Roja que confía en sí misma. Quien dijo miedo?

Dos horas de risas, de uñas mordidas, de abrazos, de canciones, de nervios. Dos horas entre amigos, como siempre, como nunca... y estoy contenta, mucho. Dos horas de acordarme de mi padre, de mirar hacia atrás esperando encontrármelo con su cigarrillo perenne en la boca. Buscando sus gestos enfadados, sus insultos divertidos hacia los árbitros y los jugadores. Zampón, manta, paquete y alguno que otro más subido de tono. Ya no estaba para tranquilizarme, para decirme que ganaríamos, para explicarme por enésima vez la ley de la ventaja. Pero se que lo ha visto desde algún lugar y que estará contento y feliz sentado en alguna nube.



Estamos en la final. Y creo que sí, que todos los días son buenos para hacer pequeñas cosas que al final son grandes. Que tal vez sea cierto eso de que querer, si quieres de verdad, es poder.
Se que soy imposible. Afirmo que soy imposible. Quería escribir algo sobre nuestra Selección. Algo intrascendente y lúdico y al final me he puesto seria y reflexiva y un puntito Tremenda. En fin...genio y figura.

Como siempre, no puede faltar la banda sonora a esta entrada. Poner el Viva España de Escobar sería excesivo, aunque no niego que me han entrado tentaciones, que cuando me sale la vena cañí no hay quien me pare. Así que me quedo con el himno al nuestru Guaje. Porque hoy la canté tropemil veces. Y las que me quedan. Porque debería ser obligatorio soñar. Porque está permitido soñar. Y porque sí...

Nos vemos el Domingo. Si eso.
Buenas noches!



LOS BERRONES/ VILLA MARAVILLA





Edito para decir que a veces los sueños se cumplen. Y la calle y los corazones estallaron de alegría. Y todo fue una fiesta...

sábado, 3 de julio de 2010

DONDE DA LA VUELTA EL AIRE



Donde da la vuelta el aire o más lejos quiero ir
Donde todo el mundo pueda y cuando quiera ser feliz...




(modus vivendi)
Sentada sobre muro de silencio y prisas.
Haciendo inventario de los afectos que poco a poco se han ido escapando como ladrones reincidentes, presos en una cárcel de papel.
Intentando cuadrar los debes y haberes del corazón.
Anotando en una agenda de tapas azules citas con vidas ajenas.
Caminando siempre deprisa (porque no se hacerlo de otro modo).

Coleccionando caracolas y miniaturas de frascos de perfume.
Tropezando contra cualquier cosa, cayendo en cualquier sitio.
Riendo a lágrima viva.
Llorando a carcajadas.

Descubriendo el mundo con los ojos de una niña.
Viviendo el mundo con el cuerpo de una mujer.

Estoy tan cansada, cariño...



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(modus operandi)
Hay un sitio cerca de aquí donde siempre es de noche y siempre hay luna llena y las estrellas son legión. Donde el mar está en calma y un faro pintado de verde lame con su luz olas que no existen.

Allí me encontrarás escribiendo versos sin rima en un cuaderno sin hojas. Desnuda y libre. Aguardándote con la certeza de que nunca vendrás.

En ese país inventado que jamás debió existir enterraré los pies para que no puedan escapar a su destino y ahogaré mi voz por si quiere cantarte. En ese paraíso que dibujé con tiza para los dos podrás hallarme, si es que te apetece buscar entre los restos del naufragio. A pesar de todo.

Dibujaré un mapa de saliva y besos sobre tu espalda. Y trazaré con mi pelo un camino de cosquillas en tu pecho.
Para que no puedas perderte.
Para que sepas que ese es el lugar exacto en el que te espero.

Justo donde da la vuelta el aire.


FAMILY/ DAME ESTRELLAS O LIMONES