martes, 28 de julio de 2009

LA MUJER NUBE

Lo vió a través del espejo. El mismo que se había roto en mil pedazos cuando rompió el maleficio que la mantenía encerrada en su torre de hada buena y la obligó a partir en su barca, a comenzar un viaje iniciático sin retorno.

Había perdido las fuerzas, caminaba sin rumbo, el sol le arrancaba jirones de piel y sus labios eran un desierto yermo, un paisaje lunar, todo grietas y arena. El pelo se aplastaba contra su frente como un adhesivo sin coherencia, y sus pasos erráticos anunciaban que pronto se desplomaría, que ya no veía sino la luz de su propia sombra, jirones de memoria que volverían para acunarlo en sus brazos hechos de nostalgia y algodón…

Supo que él se moría porque ella estaba empezando a morirse, el pulso lento, la sangre espesa, sombras aún más negras bajo los ojos, mujer ojerosa, mujer hermosa.

Al verlo caer como una estatua herida, como un viejo edificio que se derrumba de puro cansancio y abandono, cuando tuvo la certeza de que aquel hombre se estaba abandonando a su suerte, decidió hacerlo.

Es mi vida lo único que puedo ofrecerte…

Y comenzó a licuarse.

Lentamente, sus pies se hicieron agua. Y sus piernas largas fueron derritiéndose. Sus muslos se hicieron nada, y el valle secreto donde se unían fue desapareciendo, las nalgas, el diminuto lago de su ombligo, las caderas y la cintura, su espalda siempre dolorida… Agua.

De sus manos comenzaron a brotar pequeñas gotas, y sus dedos se fueron deshaciendo como el hielo azul y gris que cubre los Polos. Después sus brazos, los que tantas veces lo abrazaron, los que bailaron danzas de caricias prendidos a su espalda, los que se aferraban a él en los naufragios del placer y del dolor.

Los labios se volvieron transparentes y los ojos se desintegraron bañados en lágrimas. La frente que tantas veces él le besó con veneración, la nariz siempre al abrigo de las sábanas a la hora de dormir, y por último su pelo, brida y estribo, caracola y cosquillas al despertar…

Entonces recordó el calor de su cuerpo, los latidos y los escalofríos compartidos, rememoró las noches de juegos y besos, y comenzó a elevarse.

Quiso ser nube y fue nube. Como aquellas de algodón que siempre le traían recuerdos de los días de feria y verbena, como las de color rosa y blanco que se comía en tardes de desazón y hambre infantil. Habló con el viento y le trazó con sus dedos de humo las coordenadas exactas del desierto donde agonizaba su amor y su amante. Y el viento la llevó suavemente, tal y como le había dicho, no es fácil ser vapor y mujer, niebla y carne, y jugó con ella y dibujó su silueta exacta para que él pudiese reconocerla.

Cuando llegó al lugar donde él agonizaba de soledad y abandono, comenzó a llover sobre el cuerpo que ya se confundía con las dunas y el horizonte. Primero un aguacero feroz, despiértate, camina, levántate por favor. No te rindas. Yo estoy aquí… siempre he estado aquí. Después una lluvia suave, resbalando sin miedo por los labios resecos, por los ojos cerrados, inundando su pelo y su corazón, besando los rincones inéditos de su geografía, explorando ávida con su lengua de agua, sigue, sigue, sigue…

Es mi vida lo único que puedo ofrecerte...

Y cuando él la miró sin verla, asombrado y un poco más vivo, cuando ella pudo por fin ver sus ojos y sentir en su piel líquida el calor de su mirada, supo que se había cumplido su destino, el mismo que se le había anunciado clarividente una noche cualquiera de verano. Las palabras proféticas que se habían escapado de su alma.

.- Sabes? Sé que serán tus ojos lo último que vea antes de morir…



ENYA/ ONLY TIME


jueves, 23 de julio de 2009

UNA NOCHE CUALQUIERA



La pista llena de gente, de humo y de hormonas flotando en el aire. Y esa curiosa sensación de tener toda la vida por delante, de ser dueña y señora de mi futuro. Aquellos pantalones azules de diminutos lunares blancos que me hacían un culo estupendo y que yo llamaba medio en broma, medio en serio, los pantalones de triunfar...


Por aquél entonces todavía no fumaba, pero encendí un cigarrillo nerviosa, porque no podía apartar los ojos de aquel chico alto que hacía el payaso con sus amigos en un rincón. Nos habíamos encontrado con la mirada varias veces, pero estaba segura de que no sería yo quien diese el primer paso, encerrada en mi castillo de princesa inaccesible, firme creyente y seguidora de esa teoría de que la chica espera y decide después...


Y pasaban los minutos y yo sentía el pulso acelerado, y el anuncio del deseo de estar entre sus brazos, de escuchar su voz, de llamarlo por su nombre. Y cuando sonó esta canción, me liberé de mi hechizo de Cenicienta, rompí las cadenas de los viejos prejuicios, y sin avisar siquiera a mis amigas, fui hacia su encuentro. No podía decirme que no, estaba estupenda aquella noche y además llevaba mis pantalones de triunfar y...
.- Bailas? (Dios, qué horterada, qué poco original, qué pueblerina... bailas?)
Me miró con sorpresa y durante unos instantes que me parecieron eternos, no dijo nada. Nada.
(A la mierda mis pantalones, ahora mismo me encierro en el baño y no salgo hasta la hora de irme)
.- Vale.
Y lo cogí de la mano, y temblando lo arrastré al centro de la pista.

Y allí, en medio de aquel espacio lleno de jóvenes como yo, me perdí en la inmensidad de su abrazo. Primero marcando las distancias, sin decir una palabra. Y poco a poco, dejándome llevar por la necesidad irrefrenable de sentir su olor, de apoyar mi cabeza en su pecho y desaparecer entre la gente, sólos él y yo en nuestro pequeño universo de luces y música.
Los dos dijimos algo a la vez, hablando muy cerca del oído, yo deseando encontrar su boca, él... no podría decirlo.
.- Dime...
.- No, no, di tú...

Y así fue. Así ocurrió. En mis sueños. ´
Y así debería haber ocurrido...


LIONEL RICHIE / SAY YOU, SAY ME



miércoles, 22 de julio de 2009

NAUFRAGANDO ENTRE LAS ESTRELLAS


Y ví en sus ojos el reflejo del mar.
Y me recordó al mar. Y sentí que allí era donde quería quedarme, para siempre, prendida a su horizonte.

Los silencios se convirtieron en el preludio de mi locura, y le regalé un árbol para que se cobijase entre sus ramas, para que supiese que siempre buscaría la luna entre su pelo, para recordarle que nunca dejaría de soñar...

Una noche de piernas enlazadas en un número mágico, casi hipnótico, supe que sería su mirada líquida la que me acompañaría en la tormenta, la última que contemplaría cuando ya no quedase casi nada de mí...

Cabalgo sobre él y junto a él, y me hundo sin remedio en un agua tan verde como la esperanza, y se que necesito sus abrazos de sal y espuma para estar viva, para no tener miedo a merodear con mi pequeña barca por las costas de la muerte.

Y busco las trazas de su cuerpo, y sus pies que besan los peces asustados, y me encierro en la protección de sus brazos y sólo deseo navegar hacia él y naufragar con él una y otra vez entre las estrellas...

NAUFRAGOS DE LAS ESTRELLAS/ JOAO AFONSO



martes, 21 de julio de 2009

EN MI REINO JUNTO AL MAR...



Conocí este poema de Poe gracias a la canción. Hace muchos años... Es sin duda una preciosa y triste historia de amor. Hoy no dejo de darle vueltas una y otra vez. Hoy me conmueve especialmente. Será que es domingo...
Hace de esto ya muchos, muchos años,
cuando en un reino junto al mar viví,
vivía allí una virgen que os evoco por el nombre de Annabel Lee;
y era su único sueño verse siempre por mí adorada y adorarme a mí.
Niños éramos ambos,
en el reino junto al mar;
nos quisimos allí con amor que era amor de los amores,
yo con mi Annabel Lee;
con amor que los ángeles del cielo envidiaban a ella cuanto a mí.
Y por eso, hace mucho, en aquel reino,
en el reino ante el mar,
¡triste de mí!,
desde una nube sopló un viento,
helando para siempre a mi hermosa Annabel Lee
Y parientes ilustres la llevaron lejos, lejos de mí;
en el reino ante el mar se la llevaron hasta una tumba a sepultarla allí.
¡Oh sí! -no tan felices los arcángeles-,
llegaron a envidiarnos, a ella, a mí.
Y no más que por eso -todos, todos en el reino, ante el mar,
sábenlo así-,
sopló viento nocturno, de una nube,
robándome por siempre a Annabel Lee.
Mas, vence nuestro amor;
vence al de muchos,
más grandes que ella fue, que nunca fui;
y ni próceres ángeles del cielo ni demonios que el mar prospere en sí,
separarán jamás mi alma del alma de la radiante Annabel Lee.
Pues la luna ascendente, dulcemente, tráeme sueños de Annabel Lee;
como estrellas tranquilas las pupilas me sonríen de Annabel Lee;
y reposo, en la noche embellecida,
con mi siempre querida, con mi vida;
con mi esposa radiante Annabel Lee en la tumba,
ante el mar, Annabel Lee.
Edgar Allan Poe
Versión de Carlos Obligado
26 de abril de 2009
RADIO FUTURA/ ANNABEL LEE

PETER PAN Y WENDY

Hace ya muchos días que casi no come, que camina alterado por la calle, que chilla y da voces y se comporta como no lo ha hecho jamás. Alrededor de sus ojos se dibujan unas tenues sombras violetas, y a pesar de sus gritos, de su aparente hiperactividad, de sus risotadas a deshora y a destiempo, en cada pequeño gesto se adivina el peso del temor y la tristeza.
Se disfraza de pirata, y como si de repente hubiese descubierto el precio de crecer, el peaje de la vida y del paso de los años, también quiere ser Peter Pan, o Pitel Pan como él dice, con ese vocabulario todavía a media lengua que no sabe pronunciar las erres. Pitel Pan, para no hacerse mayor nunca, para no asumir que ya nada volverá a ser igual, para volar hacia NuncaJamás una y mil veces, y el Capitán Galfio, para luchar, para descargar su agresividad en mil peleas imaginarias. Curiosa dicotomía...
No es fácil luchar contra el miedo a que no te quieran, a que hayan dejado de quererte. No es fácil nunca, y menos si sólo tienes cuatro años.
Ayer, mientras comíamos un helado con los pies enterrados en la arena, me preguntó:
.- Tita, tú quieres ser mi mamá?
.- Cómo, Miguel. Tu mamá? Si tú ya tienes una mamá...
.- Sí, pero ella ahora es la mamá de Mateo y ya no es mi mamá.
.- Claro que no. Ella es tu mamá también y siempre lo será. Las mamás no dejan de ser mamás nunca. Y te quiere más que a nada en el mundo. Te quiere infinito, nunca lo olvides.
.-Tita, quieres ser mi mamá?
.- No puedo Miguel. Mamá sólo hay una, yo soy tu tita y te quiero mucho. No puedo ser tu mamá, tú ya tienes a la tuya. Lo que pasa es que ahora tienes que compartirla con Mateo, pero ella te quiere lo mismo, vamos, yo creo que te quiere más porque eres el hermano mayor y la ayudas un montón con ese pequeñajo. Ven, que te doy un besito traicionero.
Los besitos traicioneros... El se coloca a mi lado y empieza a darme besos llenos de saliva en las mejillas. Yo me hago la despistada, y él sigue y sigue, nervioso... Entonces de repente lo cojo y lo aplasto contra mí, y le doy mordisquitos y besos mientras gruño y me hago la ofendida y digo que me lo voy a comer enterito. Después se queda quieto en mis brazos, como un bebé, y lo acuno como a su hermano, y le hablo a media voz, y cuando se cansa, no lo suelto hasta que no dice las palabras mágicas, la contraseña: agugu, ajo...
Entonces se suelta de mi abrazo, hace que se distrae con cualquier otra cosa, hasta que empieza de nuevo el ritual...
Hoy cuando llegué a su casa, me esperaba con algo escondido detrás de su espalda y una mirada pícara que no supe descifrar. Me cogió de la mano nervioso y me llevó hasta su habitación para enseñarme su dibujo. Al parecer soy yo, una chica con tacones que parecen churros, el pelo amarillo limón y gafas de sol a modo de diadema. A su lado, alguien que es él, lo dice claramente también, Migel. Se le ha olvidado la U. Son los estragos del verano, a final de curso era capaz de escribir perfectamente su nombre, en letras mayúsculas, eso sí...
Entre los dos un corazón.
.- Tita, tú quieres ser mi novia?
.- Pero Miguel, tú ya tienes novia, no era Laura tu novia?
.-Sí, pero ahora eres tú. Eres mi novia, tita? Pero sólo mía, de Mateo no.
.- Claro, seré tu novia. Pero sólo tuya, Mateo es un pequeñajo y además no sabe ni hablar ni dar besos ni nada.
.- Entonces eres Wendy, tita? Y yo soy Pitel Pan. Vale, tita? Pampanilla no, tita. Wendy. Sí, tita?
.- Por supuesto, Campanilla no.
Seré su novia de verano. Seré Wendy, Pampanilla no... Y cuando empiece a clase de nuevo, y vuelva a ver a Laura, y se vaya olvidando de que tiene un hermano que lo ha destronado, que ha venido a finiquitar su reinado de hijo único, volveré a ser sólo su tita. Y Wendy, siempre...
THE PRETENDERS/ I'LL STAND BY YOU

sábado, 18 de julio de 2009

LA DESPEDIDA


Hace tiempo que abandonó las ganas de vivir, y sin embargo se resiste a irse. Tengo en mi despacho una foto en blanco y negro. En ella un hombre no muy alto, de nariz grande y ojos saltones lleva sobre sus hombros a una niña de apenas un año y mirada pícara que se aferra al pelo de ese hombre, como si temiese caerse. El le sujeta con firmeza las piernecitas como si quisiese decirle, no tengas miedo, no te caerás. Yo estoy aquí.
Somos mi abuelo y yo.
Mi abuelo es sportinguista, culé, socialista y felipista. Ateo y descreído de todo lo que no sea real y palpable. Y es muchas más cosas. Hombre de pocas palabras, gallego emigrado a Asturias por amor, parco en las demostraciones de afecto y parcial hasta decir basta.
Eterno enamorado de mi abuela, casi veinte años después de su muerte sigue poniéndose corbata negra los domingos y lleva en su dedo la alianza de oro que le puso una vez hace mucho tiempo como promesa de su amor. Veinte años después de su muerte aún guarda en un cajón las postales que le enviaba y que firmaba con un “siempre tuyo” y un pequeño corazón a la izquierda de la rúbrica...
Minero por obligación y criador de canarios por devoción. Tozudo y obstinado, amigo de sus amigos y enemigo de sus enemigos hasta las últimas consecuencias. De profundos silencios y firmes convicciones. Defensor a ultranza del vive y deja vivir y amante incondicional de su familia.
No hay momento importante de mi vida en el que él no haya estado a mi lado.
El tiempo, la tristeza y la enfermedad lo han convertido en un ser más pequeño de lo que fue siempre, y todos los mimos y los afectos que no reclamó los exige ahora con creces, aunque como siempre, se hace el remolón para que no se le note mucho que necesita desesperadamente su dosis diaria de ternura. Me gusta afeitarlo y cortarle el pelo, y darle masajes en las piernas. Sentarme a su lado en la cama y mirarlo cuando duerme, cogerle la mano y acariciarla mientras le cuento mis cosas y hablamos, mejor dicho hablo y él escucha, de fútbol o de política. O de mis cosas aquí, de mi trabajo, de mi vida…
Me gusta arroparlo y taparle los pies con su manta. He pasado muchas noches en vela a su lado, aunque nunca las suficientes como para compensar las que él pasó conmigo en brazos cuando era una enana enfermiza y llorona. Intento asimilar que se nos va de modo irremediable, que es cuestión de horas o como mucho de días. Y no puedo. Sé que es ley de vida, que tiene que llegar el momento, que va a llegar el momento. Pero ni puedo ni quiero pensarlo.
Hace un rato me he despedido de él como siempre, con un beso leve en la mejilla y un aire de despreocupación totalmente fingido mientras me comía las lágrimas.
Me ha mirado y ha ensayado una mueca de sonrisa, agotado por el esfuerzo de respirar. Y me aferro a esa imagen y la guardo bajo llave en mi corazón.
.- Hasta luego, güeli. Por la noche vuelvo…
He cerrado los ojos esperando su “hasta luego, nena”. Pero no me ha contestado. Ya no. Volví sobre mis pasos. Le he vuelto a dar un beso en la frente y le he dicho muy bajito que lo quiero. Aunque a veces sobran las palabras. El ya lo sabe.
31 de marzo de 2009
SECONDHAND SERENADE/ GOODBYE

martes, 14 de julio de 2009

ARQUITECTURA DE NOSOTROS

Construye con tus brazos el espacio justo para alojar mi cuerpo.
Un edificio contundente que me arrope, que me rodee y me estreche, una casa de techos altos y amplios ventanales desde los que podamos contemplar el mar y el océano, que nos deje ver las estrellas adornando nuestro mismo cielo.

Tu espalda será la autopista en la que me perderé sin remedio, la que recorreré suavemente con las yemas de mis dedos, mis ojos te darán besos de mariposa, breves aleteos de mis pestañas sobre tu piel desnuda, besos húmedos en lugares prohibidos...

Levanta con tus piernas el parque de mis sueños, enredaderas efímeras que se aferren a mis piernas, jardines exactos, caminos eternos...

Desafiando a la ley de la gravedad, elévame sobre tí, junto a tí, dentro de tí.
Dibuja los planos exactos de mi vientre, pinta de colores imposibles las colinas y los valles, las curvas y los caminos de mi cuerpo, crea un lago de saliva y deseo en la caracola de mis orejas, contémplate sin miedo en el espejo de mis ojos, colorea mi boca del color púrpura del deseo y la ternura...

Diseña mis pies, mídelos con los tuyos, atrápalos en los tuyos, guárdalos con los tuyos... Traza el sendero de mi pelo al despertar, haz con tus manos un puente que me lleve hasta el horizonte de tu cuerpo sólido y grande, hasta el paisaje infinito en el que quiero perderme para siempre...

Arquitectura de nosotros.
MERRICK/ INFINITY


lunes, 13 de julio de 2009

A TRAVÉS DE LA VENTANA

Desde siempre, prefiero la noche… Me gusta ver las calles iluminadas sólo por las farolas que salpican las aceras, y a poder ser por la luna. Me gusta el silencio, sólo roto por el sonido de algún coche a lo lejos o el ladrido de algún perro que llora su tristeza. A veces el viento azota con fuerza y otras se queda en una simple brisa suave que mueve ligeramente las hojas de los árboles. Siempre he creído que el viento por las noches suena distinto, pero son ideas mías seguro... A través de la ventana veo a lo lejos las luces de mi ciudad, y un mar que se adivina como de azabache, pero que mañana será de nuevo azul o gris o del color que quiera el cielo. Se respira primavera y el césped está fresco. Aunque ahora sea oscuro, de un color indefinido, mañana volverá a ser verde y mullido como la alfombra de un hotel. Mañana, siempre mañana. Mañana será otro día…

Mi mezcla de tés verde y rojo, un cigarrillo recién encedido y MI Rod cantándome una canción al oído. Todo está bien y en orden. Y mañana será otro día... Qué bien se está en mi habitación naranja!!!!!

Buenas noches…

24 de marzo de 2009

ROD STEWART/ FOR SENTIMENTAL REASONS

CHEEK TO CHEEK

Solíamos coincidir a la hora del café. Ella mansamente aferrada al brazo de él, que lo mantenía doblado sobre sí mismo como hacía Fred Astaire cuando bailaba con Ginger Rogers cheek to cheek. Caminando despacio, ella más que él.
Tal vez por cansancio, tal vez por miedo a morirse o simplemente por miedo a vivir… Se sentaban como en un ritual en la misma mesa, que siempre permanecía vacía, como si en un pacto implícito todos los clientes respetásemos el lugar reservado al desayuno de aquellos dos bailarines enamorados. La ayudaba a sentarse y la colocaba frente al televisor que a esas horas vomita tertulias políticas y discusiones estériles de invitados estrella que saben de todo.
Después, iba desgajando en el tazón una magdalena aséptica, como de juguete, y con paciencia y cuidando de que ni una gota resbalase por la comisura de sus labios, le iba dando cucharada a cuchara el desayuno, con la misma mirada de devoción que imagino le dedicaba cuando tenían sesenta años menos y se conocieron una noche en la verbena y bailaron entre las nubes mejilla contra mejilla (soy propensa a imaginar vidas e historias ajenas, tal vez no se conocieron así pero qué importa).
En ocasiones ella olvidaba su mansedumbre y de repente se ponía a dar palmas o a reír a carcajadas, y a veces la papilla de leche y migas se derramaba sin remedio sobre su vestido. Entonces él, con un guiño de tristeza en la mirada, le limpiaba el manchurrón con la servilleta y le susurraba al oído algo que conseguía tranquilizarla… y ella lo miraba como si lo reconociese y sonreía con la misma candidez de una niña.
Yo contemplaba esas escenas, conmovida por tanta ternura, y por ese amor amante y un poco de padre que él le demostraba a esa mujer de mirada perdida en el infinito... Intentaba parapetarme detrás del periódico porque me sentía una intrusa entre tantos gestos sin palabras, una voyeur de ese amor desdibujado por el paso del tiempo pero tan joven y tan real al mismo tiempo.
Todos estos días los eché de menos. Ya no estaban en su mesa. Al parecer ella se murió el domingo, me dice Juan cuando le pregunto extrañada ante tantos días de ausencia.
Hoy ha venido él solo y se ha sentado en la misma mesa reservada al desayuno de los dos viejos amantes.
Ya no doblaba su brazo para que ella se aferrase a él luchando para no perderse en el mar de la desmemoria. Y ya no me ha recordado a Fred Astaire con su traje de pingüino y su flor en la solapa.
Porque sin Ginger, es imposible marcarse un cheek to cheek…


sábado, 11 de julio de 2009

SILVIA


Y se siente igual que ese pez naranja que nada en su burbuja de cristal.
Ella también es un pez. Pero no le gusta ser un pez naranja, no le gusta el sabor de esas pequeñas partículas de colores que todos los días sobrevuelan su cabeza.
Ella sueña con nadar en el mar, con moverse con las corrientes, con no temer a las frías olas ni a las tempestades, ni a las noches sin luna...
Ella sueña con viajar sobre un cascarón de nuez, con dormir en arrecifes de coral, con sentir la sal golpéandole en la cara.
Ella quisiera no haber perdido las agallas...
A veces se siente culpable por no ser feliz en su pecera deluxe, en ese habitat de mentira, en ese paisaje de piedrecitas blancas, diminutas caracolas y estrellitas, plantas de plástico que pretenden ser de verdad. Quién puede ser feliz cuando sabe que nada en una playa sin arena, en un universo frío y distante, en un mundo que no es el suyo.
A veces golpea su cabeza de criatura marina contra el cristal, como si fuese fácil dejar atrás su destino de pez de agua dulce. A veces llora lágrimas tan saladas como el mar, sólo para vivir la ilusión de que en cualquier momento una sirena pasará a su lado y se detendrá un momento para besarla en la frente.
Y por las noches, mientras duerme con los ojos abiertos, respira burbujas con aroma a alquitrán y barcos pesqueros, y en su corazón dibuja estrellas que besan la arena de la costa, y cree oir a las gaviotas buscando cama entre las nubes, y busca la luz del faro que habrá de guiarla en su extraño viaje...
Silvia es un pez de ciudad. De esos que nadan por no llorar...
ANA BELÉN/ PECES DE CIUDAD

jueves, 9 de julio de 2009

LA HABITACIÓN NARANJA

Mi habitación naranja está llena de todas las cosas que me gustan, las que quiero, las que necesito para sentirme bien...
Está en el piso de arriba de mi casa, es casi una buhardilla, con sus vigas de madera, hecha y decorada según mi santo capricho...
Mis libros, mi música, mi casita de muñecas, esa que no me canso de mirar...
Es mi pequeño reino, un lugar que es sólo para mí, mi refugio, mi propio país de Nunca Jamás...
Alli está mi sofá y mi manta de cuadros, un montón de cojines, una alfombra mullida sobre la que me gusta sentarme con las piernas cruzadas, para leer, para pensar, para sentir y disfrutar del silencio.
Su único inconveniente es que desde la ventana no puedo ver el mar, aunque a veces he subido el velux para intentarlo... de todos modos, cuando la ciudad está en silencio, cosa que no ocurre casi nunca, puedo sentirlo, puedo oirlo, aunque siempre, siempre puedo soñarlo...
Mi Nespresso y mi taza de flores también naranjas, por si me apetece un café no tener que bajar hasta la cocina para preparármelo. Mi colección de miniaturas de perfume, la de servilletas que me recuerda todos los sitios a los que he viajado, fotos, la caja de los botones con la que aprendí a contar...
Alguien me regaló una vez una habitación naranja virtual. Y allí dejé mis cosas, mis pensamientos, música, palabras en definitiva.
Las dejaré aquí, para que no se pierdan nunca...
VEGA/ MI HABITACIÓN

LOS FOROS Y YO...


Empecé a forear de modo casual, y "por culpa" de Letizia Ortiz.
Me resultó curioso que una asturiana fuese a ser Princesa, nieta además de Menchu, esa a la que había visto tantas veces en casa de los primos de N. en Sardeu.
El caso es que una página me llevó a un foro...
No se necesitaba registro, aquel lugar era una verdadera locura.
Y empecé a divertirme. Se hablaba sobre todo de política, Monarquía/República... pero también había lugar para los temas más dispares. Era un foro sin moderación además, con todo lo que ello conlleva.
Y de ese foro pasé a otro, y luego a otro... y allí me quedé. Me sentía agusto, me reía, me resultaba divertido, me llevaba bien con los otros foreros, me gustaba echarme unas risas, postear a mi ritmo, desaparecer por meses, volver y seguir como si nada...
Nunca estreché lazos más allá de cuatro cosas puntuales de rigor. No sabía los nombres que se escondían detrás de los nicks, no sabía nada y no dejaba que supiesen nada de mí más que lo que yo quisiese contar. Pero no por pudor, simplemente no sentía la necesidad de llegar más allá...
Me banearon de ese foro... de hecho me había convertido en persona non grata mucho antes de que yo hiciese todo lo posible para que me echasen. Mi "error" fue tomar partido cuando creí que se estaba cometiendo una injusticia.
A estas alturas no sé si me equivoqué. Curiosamente, las personas que me acompañaron en ese "viaje", siguen en aquél foro, incluso han vuelto a recuperar el contacto con aquella gente que en su día era tan "mala", y sin embargo yo sigo baneada a perpetuidad y he sido víctima y protagonista de un hilo abierto exclusivamente para hacerme daño.
Realmente no me importa. No eran mis amigos. Y sobre todo, no sería capaz de regresar a un lugar donde no me gusta la gente que lo habita. Sigo pensando en la ironía que supone que sólo yo esté fuera, cuando en realidad era la que no tuve nunca absolutamente ningún problema con ninguno de ellos, pero las cosas son así...
Hace unos días también me banearon de otro foro, esta vez por petición propia.
Y esta vez sí que me ha dolido, me sigue doliendo estar fuera, haberme marchado definitivamente.
Porque ese lugar se convirtió en mi casa virtual, un sitio seguro donde me divertía, donde estaba agusto, donde me sentía querida. También fue el escenario de una parte importantísima de mi vida, y siento que de algún modo allí he dejado un cachito grande de mí...
Pero los ciclos se agotan y sentía, sigo sintiendo, que el reloj de arena iba quedando vacío, que las últimas briznas se escapaban, que con cada post que se iba a otro lugar, se marchitaba también mi estancia en mi querido Parador...
Si por algo me duele es por su administradora, mi amiga, alguien con quien tuve una relación especial desde el principio, fue como si nos conociésemos de siempre, una corriente de afecto mutuo nos unió casi desde el mismo día en que me registré y fue creciendo con el tiempo.
Sé que la he decepcionado con mi marcha repentina, sé que está triste de algún modo por mi culpa. Espero que algún día me perdone y llegue a saber cuanto la quiero y la estimo...
Pero también sé que las despedidas siempre son difíciles, que llegan momentos vitales en los que no hay que mirar atrás, y sé sobre todo que cuando decides irte, lo mejor es hacerlo en silencio. A veces nos perdemos en los adioses, y esos no sirven de nada cuando volvemos una y otra vez...
Allí dejo una parte de mí, personas a las que he cogido un cariño especial, nicks que me han demostrado que detrás de un avatar hay una persona, momentos maravillosos y también alguna que otra lágrima, risas, mil ocurrencias, un montón de música, mis calentones en política, mps de personas que te dan palabras de ánimo o te cuentan que les gusta lo que escribes, abracitos mañaneros, el café en vena, mil collejas que he repartido, canciones que alguna vez fueron para mí...
Todo eso quedará siempre en mi recuerdo y así lo atesoraré con cuidado, para guardarlo bajo llave en mi corazón.
AVRIL LAVIGNE/ TOMORROW

martes, 7 de julio de 2009

TAN LEJOS Y TAN CERCA...

Te escucho desde mi planeta mientras como galletas de coco...Y te siento tan cerca a pesar de que estemos tan lejos.Cuando estoy contigo desaparece todo a mi alrededor, las horas se me pasan en un soplo...Y hoy tengo mucho sueño, pero no importa.
BILLIE THE VISION & THE DANCERS/ SUMMERCAT


SENTIR SU CALOR...

Descubrí un día ese relato por pura casualidad... “La casa de las bellas durmientes”, del japonés Yasunari Kawabata. Y me fascinó...

En él se nos habla de una casa secreta, donde ancianos clientes van a pasar la noche con jóvenes que previamente son inducidas al sueño mediante narcóticos.
Esos hombres no acuden a la casa en busca de sexo, sino para calentarse con la cercanía de esos bellos cuerpos desvanecidos.
Un viejo proverbio que me encanta, dice que una persona te ama no cuando quiere acostarse contigo, sino cuando quiere dormir contigo.
A veces ese deseo es tan doloroso por imposible, que llega a doler físicamente...
Buscar la paz, el reposo, el sosiego, el refugio de los brazos entre los que desearías refugiarte eternamente, ser la paz, el reposo, el sosiego, el refugio eterno...
Te amo, porque no hay nada que desee más que dormir contigo...
AMEDEO MINGHI/ RECUERDOS DEL CORAZÓN


domingo, 5 de julio de 2009

SOLO VIVO CANTANDO...

Pocas cosas hay que me gusten más que cantar... bailar tal vez?
Es algo que llevo dentro, que necesito para sentirme viva.
Cuando canto con mi Coro consigo olvidarme de todo, de los pequeños y grandes problemas, de la tristeza, de que la vida a veces no es bella...
Me gustan los días de Concierto, ponerme un vestido negro de fiesta, los tacones y el rímmel, los nervios previos, las risas con mis compañeros, las regañinas del director, la satisfacción de los aplausos... pero sobre todo, el placer de unir mi voz con otras voces para conseguir que las notas de una partitura se conviertan en música... Es una sensación indescriptible que me llena de placer y que consigue emocionarme, no importa las veces que cante una canción, para mí es siempre como la primera...
Hoy ha sido uno de esos conciertos memorables, por muchos motivos.
Ya queda poco para que se terminen las actuaciones y nos demos un merecido descanso, aunque a mí no me importaría seguir ensayando y actuando todo el verano... Lo mío es pura pasión.
Hace mucho tiempo que le andaba rogando a P. para que empezásemos a ensayar esta canción. Hoy me ha prometido que en Octubre comenzaremos a prepararla. A veces, el que la sigue, la consigue y yo cuando quiero soy muy pesada y muy insistente. Me gusta infinito desde siempre, pero cuando escuché esta versión coral, supe que me moría por cantarla.
En realidad, es bonito vivir cantando, incluso cuando a pesar de tus esfuerzos y tu empeño, la melodía resulta estar desafinada...
MAMMA MÍA/ JOVEN CORO FUNDACIÓN PRÍNCIPE DE ASTURIAS

sábado, 4 de julio de 2009

EL UNIVERSO SOBRE MI

´
Sólo queda una vela encendida, en el medio de esa tarta que llevo tiempo cocinando para celebrar que habrían pasado doce largos meses desde aquella hermosa noche de verano. Y se quiere consumir...
Ya no hay invitados, ya no podemos ni mirarnos, ya no sabríamos que decir, ya no volveré a ver sus ojos, este día no ha sido perfecto. Porque hace demasiado tiempo que me cuesta sonreir...
Necesito alguien que comprenda que estoy sola en medio de tanta gente, que mi casita de muñecas se ha derrumbado, que a mis zapatos de charol se les ha roto un tacón, que daría algo porque volviese el espíritu olvidado de aquel verano DEL AMOR... Donde están los amantes locos, una canción inacabada, una ironía del destino...
Pero ahora ya no navego, he naufragado y no veo la costa, mi pequeña barca blanca no ha sido capaz de mantenerse a flote, y tan sólo quiero, tan sólo deseo, tan sólo necesito, encontrar mi sitio...
Sólo queda una vela en el medio de la tarta, y se quiere consumir... y yo siento el peso infinito del Universo sobre mí.
AMARAL/ EL UNIVERSO SOBRE MÍ