
En algún lugar sobre el arcoiris,
los cielos son azules
y los sueños que te atreves a soñar
se vuelven realidad...
Dorothy se fugó una noche de su propio corazón buscando un lugar mejor más allá del arco iris. Había oido hablar de una tierra donde era lícito soñar. Una vieja canción de cuna contaba que había sueños que se hacían realidad si tenías valor para imaginarlos. Y ella quiso cantarla encaramada sobre la colina de la ternura y los niños que se negaban a crecer.
Sus pies con chapines rojos volaron sobre un camino de baldosas amarillas en pos de sus deseos y un día, creyó ver a lo lejos algo parecido a la luz de los anhelos que se materializan. Pero cuando llegó a la Ciudad Esmeralda se dio cuenta de que nada era como había imaginado. Descubrío que aquella nana no contaba toda la verdad. Sus sueños se desvanecieron en un mar de dudas y silencio y en el cielo una estela de humo le dijo una y otra vez: Ríndete…
Cuando el globo se fue sin ella, lloró resignada, creyendo que su destino era permanecer en Oz para siempre. Pero un hada de la luna le susurró al oído que podía usar sus zapatos de rubí para regresar a casa. Y le explicó que si no se lo había dicho antes era porque Dorothy tenía que aprender por sí misma que cuando no puedes encontrar el deseo de tu corazón en tu propio patio, es porque nunca lo perdiste realmente…
Golpea tus talones juntos y repite una y otra vez, no hay lugar como el hogar, no hay lugar como el hogar, no hay lugar como el hogar ...
Y volverás a tu sitio.
Todos te dirán que fue solo un mal sueño. Y tú, tal vez aún convencida de que fue real, sonreirás y pensarás que realmente, se está mejor en casa que en ninguna otra parte…
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.- Bailas?
.- Vale.
.- Estás preciosa, lo sabías? Por cierto… Estos son los zapatos?
.- Sí, son los que me trajiste de Londres…
.- Dorothy, yo…
.- No, no digas nada. Yo lo siento tanto, tanto. No sé que me pasó, quise huir tal vez, creí que había un mundo mejor ahí fuera, construí una casa de sueños y te dejé fuera. Lo lamento, de verdad. No sabes cuanto daría porque nada de esto hubiese sucedido. Te hice tanto daño…
El detuvo sus palabras acariciando su boca con los dedos. Y la mandó callar. Chissssssssssss…
.- Dorothy, yo te quiero. Eso lo sabes, verdad? Probablemente no sepa decirte cosas bonitas, no se escribir poemas ni dedicar canciones románticas. Y no te abrazo cuando estás triste o cansada. Pero eres lo mejor que me ha pasado en la vida, yo no se vivir sin ti aunque a veces no te lo diga. Cambiaré, te compraré flores todos los días y todas las noches antes de dormir te diré que te quiero y te guardaré entre mis manos para que nada ni nadie te hagan sufrir. Te lo prometo.
Estás llorando?
.- No, es solo que me sudan los ojos.- dijo Dorothy, rememorando aquella vieja broma que era solo de los dos.
Yo no quiero que cambies, ni quiero flores ni canciones bonitas. Ni palabras rebuscadas. Al fin y al cabo las palabras son solo eso, palabras. Quiero que estés conmigo y que todo vuelva a ser como era antes. Nada más. Quiero regresar. Necesito regresar.
Dorothy escondió su cara entre el pecho amplio y fuerte de aquel hombre que la amaba más de lo que nadie lo había hecho jamás y aspiró su olor a Agua Fresca. Una mancha de agua salada y rimel se dibujó sobre la camisa de su compañero de viaje.
.- Vaya, mira como te he puesto, con lo mal que se va el maquillaje.
.- No importa. Así llevo algo tuyo aquí conmigo. Vuelve a casa, por favor.
No quería que el resto de los invitados la viesen llorar. Odiaba llorar en público y sabía que los cotilleos estarían servidos. Pero no podía parar, no quería parar.
Se detuvo un momento y golpeó una y otra vez sus talones juntos. Y repitió muy bajito, muchas, muchas veces: no hay lugar como el hogar, no hay lugar como el, no hay lugar como...
Sobre sus zapatos de tacón de color rojo comprendió que el camino de baldosas amarillas había sido necesario. Porque así estaba escrito en las líneas de su mano.
Y porque tenía que aprender por ella misma. Tropezar, caer. Levantarse. Navegar, naufragar y seguir. Para ser consciente de que más allá del arco iris sólo habitan nubes y cielos irreales, que los problemas saben a limón, que la vida está hecha de gestos y afinidades.
Para darse cuenta de que cuando el deseo de tu corazón no aparece en su propio patio, es que nunca lo has perdido realmente...
EVA CASSIDY/ SOMEWHERE OVER THE RAINBOW