Anoche soñé con nubes y bailes entre estrellas. Un violinista vestido de plata tocaba un vals con una sola mano y con la otra me decía hola, encaramado en perfecto equilibrio sobre un cuerno de la luna.
Al despertar me recordé a mí misma danzando de puntillas y sin hacer ruido, con los ojos cerrados, mi melena acariciando la espalda desnuda, dejándome mecer por el ritmo dulce de una sonata inventada. Y no se por qué, enredada aún entre unas sábanas tan azules como el cielo de mi sueño, me sentí bien y me invadió un dulce bienestar y el deseo de comerme el día y la vida a bocados.
Supongo que es lo que tienen los sueños bonitos. Que es maravilloso dormirlos aunque resulte duro verlos amanecer, alejarse poco a poco. Contemplar cómo se estrellan contra el asfalto de la realidad y se desvanecen con un ligero plof, como si fuesen pompas de jabón.
Me gusta soñar... A veces lo hago despierta. A veces, estoy dormida. Me gusta abandonarme y volar muy lejos de mí misma, sin ser consciente de que más dura será la caída al despertar. No quiero renunciar a mis sueños.
Aunque sean tan así. Caprichosos y etéreos. Efímeros. Alguien dijo que la vida no es más que un sueño contínuo. Tal vez vivir no sea otra cosa que una colección de imágenes pequeñitas que se suceden y van y vienen y se golpean contra la vida real explotando en pedazos de nada, salpicando las aceras como globos llenos de agua.
Yo no se si olvidaré mi sueño. Probablemente esta misma noche me suba a un columpio que me lleve hasta la otra orilla, que me eleve y me empuje más allá de mi propio horizonte. Probablemente mañana a estas mismas horas, mi razón niegue que por unas horas, me puse un tutú y unas zapatillas nuevas para moverme al compás que marcaba una sombra de hojalata.
Hoy compré flores de camino a casa y las coloqué en mi mesa. Ya no recordaba esa vieja costumbre mía de llenar de primavera las esquinas y las horas. Quizá el invierno ha sido demasiado largo...
Y ahora mismo, mientras escribo esto puedo oler el tenue aroma de las margaritas blancas y naranjas. Lo mismo que si cierro los ojos aún puedo escuchar la melodía que acompañó mi danza nocturna.
Por eso tengo la esperanza de que cada vez que suene un vals, regrese a mí la imagen del violinista que una noche cualquiera me hizo flotar entre las nubes. Porque la música estará para siempre. Seguro...
¿Bailamos?
LEONARD COHEN/ TAKE THIS WALTZ
...¡¡¡ que lindo escribes!!!!!
ResponderEliminar... bsos
Danna
Tu sueño es infinitamente mejor que el mío... Oigo ese vals de camino a la cama en busca de más sueños. Aunque lleguen cuando ya esté dormida.
ResponderEliminarBs.
No te lo vas a creer, esta tarde estuve a punto de colgar la misma canción en mi blog. Hay algo que arrastra, hay algo que mece. Te deseo un vals eterno (o lo que te provoque).
ResponderEliminarYa llevo incontables prototipos, pero nada. No acierto con el quid del mecanismo. Digamos que me he empeñado en conseguirlo pero la tarea se me antoja casi imposible. Y mira que estoy derrochando ganas, tiempo y esfuerzo. Pero nada. No funciona. No hay manera. No.
ResponderEliminarEmpecé con el proyecto hará cerca de seis meses. Monté el laboratorio en una habitación de casa que servía de trastero, para cacharros que tras su paciente espera, siempre terminaban en el contenedor. Cuando vi la luz me deshice de todos. Pinté las paredes de azul celeste, del mismo color que un espectacular, inmaculado, cielo caluroso y prematuro de primavera. El techo lo teñí de azul marino, más negro tirando a noche cerrada, y sobre esta oscuridad, lo salpiqué de puntitos blancos, de distintos tamaños y matices. Me deshice de las cortinas que ocultaban el interior cubriendo un ventanal que cierra la habitación de techo a suelo, y de tabique a tabique.
Encargué un colchón a la medida exacta del rectángulo cuasi clavado que supone la silueta de la planta, y lo coloqué sobre un bastidor que no me costó nada hacer.
El sitio, lo tenemos.
De modo que, de noche, deslizas la hoja corredera de la entrada, y te sumerges en un mundo de sensaciones, hecho exclusivamente para soñar. Te tumbas en el centro, panza arriba, y fijas la mirada en las estrellas de purpurina plateada del cielo artificial, o cuando las conoces todas, vuelves el rostro hacia el cristal y te abandonas al real.
Ahora la máquina, la que no funciona.
Pero algún día daré con ella. Quiero intercambiar sueños contigo. Tomar los tuyos y disfrutarlos como tú lo haces bailando y abandonándome a esa música que adoro y prestarte los míos para que como cuando sueño que vuelo, puedas retornar hasta ese tobogán de tu luna, o retozar embriagada de carcajadas en tu campo de margaritas.
Me gusta como sueñas. Es hermoso.
Yo por mi encantado de bailar con una chica tan guapa. ¿Bailamos? Bailamos.
ResponderEliminarSueñas cosas bonitas Elena. Que afortunado el violinista que te hizo bailar entre las nubes porque pudo verte moverte entre las estrellas aunque seguro que eras tú la que mas brillabas.
Besos
"¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son." es lo que decía Don Pedro Calderón de la Barca, siempre lo apunto, no me quiero olvidar de esto. Hilario Camacho decía "que bien sentirse bien, te late el corazón y el alma y la razón se dan la mano" Y Aute, aquello de pienso que la vida es cine y los sueños cine son, o algo así.
ResponderEliminarLeonard Cohen siempre está lleno de maravillosa melancolía, como su vida y como el norte que tan presente está siempre en tus palabras, que está en "Quizá el invierno ha sido demasiado largo..."
que está en "las margaritas blancas y naranjas" que está en "Hoy compré flores de camino a casa..." que son las partes que a mi más me gustan de lo que has escrito hoy porque se me llena la imaginación de verte "llenar de primavera las esquinas y las horas" porque conozco esa sensación de cuando vivía allí y es facil que pueda verte así más que en la luna, que yo nunca he estado allí.
Elena, si olvidas ese sueño, sueña otro.
Mil besos
¿Qué sueñas? ¿Sueñas? ¿Qué buscan
ResponderEliminar-palabras, besos-
tus labios que se te mueven,
dormido rezo?
Si sueñas que estás conmigo,
no es sólo sueño;
lo que te acuna y te mece
soy yo, es mi pecho.
Despacio, brisas, despacio,
que tiene sueño.
Mundo sonoro que rondas,
hazte silencio,
que está durmiendo mi niña,
que está durmiendo
al compás que de los suyos
copia mi pecho.
Que cuando se me despierte
buscando el cielo,
encuentre arriba mis ojos
limpios y abiertos.
GERARDO DIEGO
..................................
¡AHI ESE COHEN GRANDE!ME GUSTARIA MUCHO VERTE BAILAR EN EN EL CIELO CON LA ELEGANCIA DE LAS BAILARINAS DE CLASICO.AH Y NO DEJES DE SOÑAR NI DEJES QUE SE TE OLVIDEN LOS SUEÑOS BONITOS QUE ESOS SON LOS MEJORES.
ResponderEliminarUN CALIDO ABRAZO.
Yo contigo bailo lo que haga falta la polca o el pericote pero no te garantizo que no me tire a sobate un poco el culo o a meter picu jeje.Menos mal que apareces guapina no seas vaga y escribe un poco mas que da gusto leete.Besos de parte del tito.¡guapa!
ResponderEliminarFEr
Me gustan tus jarrones colmados de olores y sensación de sun sueño de danza con sabores de calma. Los sueños agradables nos colman de energía esa que el cruel invierno se había empeñado en robar.
ResponderEliminarBaila mi niña siempre que quieras ya sea despierta o dormida pero no dejes de bailar y tampoco de soñar.
Un besaso compañera.
Tú sueñas con un violinsta y yo sueño contigo.Que mal repartido está el mundo...
ResponderEliminarAy Elena que tengo abandonado este mundo de la blogosfera y no me paso a leerta tanto como me gustaría.Me alegro de leerte llena de sueños.¿Llena de primavera? No dejes de soñar Elena ni de dejarnos leer esas cosas que escribes con ese encanto especial que tienes.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte Elena
"Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños" dicen que dijo Shakespeare.
ResponderEliminarte leo en silencio aunque nunca te lo haya dicho por miedo de no estar a la altura-continua soñando, pretty ballerina
Hola Elena!! Maravilloso relato amiga. Esta sensación que describes es sublime: "danzando de puntillas y sin hacer ruido, con los ojos cerrados, mi melena acariciando la espalda desnuda, dejándome mecer por el ritmo dulce de una sonata inventada."
ResponderEliminarBESOSSSSSS
No sabría elegir entre Take this Waltz o Suzanne como la canción que más me gusta de Leonard Cohen.Solo puedo decirte que me has llegado al alma y me has tocado una fibra que creía dormida(yo me entiendo)
ResponderEliminarEs un placer leerte¿sabes por qué? Porque eres auténtica y derrochas ternura y calidez en todo lo que cuentas.Y eso o se tiene o no se tiene,ni se compra ni se vende ni puede fingirse.
Estoy Elena aunque a veces no me menifieste..
Besos desde Córdoba
Sueñas bonito. Ultimamente tengo solamente pesadillas asi que te envidio con envidia sana, eh!!
ResponderEliminarTe dejo un beso y te deseo que sueñes siempre con los angelicos :P
Hola rubia.Anotame en tu carnet de baile.
ResponderEliminarCon la venia.
Sencillamente... me encanto. Quizá, no lo sé, el subconsciente sepa de la devoción que a veces uno siente por la fantasía o la agrupación de elementos ficticios que a los escritores les gusta exponer, y así nos juegue algunas "trampas" reveladoras mediante el sueño.
ResponderEliminarSi el vals con el violinista entre las nubes representa la realidad de tu añoro... ¡es real!
Me agrada mucho tu estilo.
Espero compartir algunos cometarios.
Saludos y... ¡baile! :D
Jo que guapo. Hoy estoy cansadina y no voy a escribir mucho.Lo que tengo que decirte ya lo sabes asi que... pues eso que no dejes de ser como eres ni dejes de soñar.
ResponderEliminarBesinos,princeza y reina mora d la morería.
Pues ojala que nunca nos falte la música. ¿Que iba a hacer yo sin ella....?
ResponderEliminarSi a mi también me gusta dejarme soñar. Soñar en muchos colores, y recuerdo muchas veces que cuando esto sucedía de pequeño, de pronto me atenazaba una duda. ¿Y si tan solo fuera, yo, el sueño de alguien?
Ay, querida Elena, ahora soy yo el que tarda en venir. Acudo aquí para bañarme en las aguas de tu alma, y resulta que tienes ya derramado otro retazo, posterior a éste.
ResponderEliminarEstoy avergonzado.
Describes un sueño dulce, agradable y hermoso.
Un cuadro de Dalí, no tiene ni la mitad de magia que este sueño tuyo, ...más quisiera Dalí, con tanto bigote y tanta parafernalia, poder plasmar la sencilla y tierna belleza que derramas en tus sueños.
He visto, a la derecha de este blog, un enorme punto rojo en el que reza: "Eres lo que escribes. Eres como escribes".
Aquí se cumplen a rajatabla esas afirmaciones. Porque tú, querida amiga, eres una creadora de hermosos sueños.
Aunque llego muy tarde, espero estar a tiempo de aceptar este baile. Eso sí, ten cuidado, porque seguro que te piso los pies. Soy muy patoso en estas lides.
Mil besos.
Me gusta contestar a los comentarios y me gusta que contesten a los míos. Pero esta vez se me pasó el arroz. Mucho trabajo, mucho strés y demasiado cansancio (necesito unas vacaciones)...
ResponderEliminarYa he escrito incluso otra entrada y no he visto el momento de contestaros a todos. Así que por esta vez y que sea la última, me permito dejaros mi agradecimiento infinito por estar aquí conmigo, a los que solo leeis, a los que dejáis vuestras impresiones, en definitiva a los que navegáis conmigo y junto a mí.
Un beso tan grande como el océano para todos y cada uno de vosotros.
P.D: Mi querido Perikiyo. Estás a tiempo. En llegar tarde ya sabes que yo soy toda una experta, así que cógeme de la cintura y cierra los ojos. Y déjate llevar. El vals lo tengo controlado así que solo tienes que cerrar los ojos y sentir la música, del resto ya me encargo yo.
Mil besos a tí.