Miró por la ventana.
Hacía frío, lo decían las nubes de color morado en el cielo. Lo decía la Luna, rodeada de estrellas invisibles.
Respiró contra el cristal y un círculo de vaho se dibujó muy cerca de su nariz. Sonrió mientras veía en sus recuerdos la imagen de una niña perfilando con los dedos corazones sobre las manchas pálidas de aliento en los espejos.
Y se sorprendió porque durante mucho tiempo había creído que ya nunca más volvería a hacerlo. Ya no recordaba cómo era sonreir. Las comisuras de los labios hacia arriba y los ojos chispeantes... Sí, se hacía así, pero lo había olvidado. No se acordaba porque llevaba demasiado tiempo llorando. Demasiado tiempo.
Lágrimas en las noches de soledad, acompañada tan solo por la angustia de saber dónde estaría, con quien estaría, para qué estaría, para quien estaría. Para quien estaría que no era ella, que no se llamaba como ella.
Para ella nunca estaba. Tan solo alguna caricia desmañada en los amaneceres de resaca, la habitación oliendo a alcohol y sexo ajeno. Su cuerpo menudo hecho un ovillo en una esquina de la cama, tratando de no molestar, de no ser, de no estar...
Una sonrisa distraída al cerrar la puerta, la culpabilidad asomando a sus ojos azules. Volveré temprano. Temprano, temprano, temprano...
Se hizo amiga del amanecer, de los primeros rayos de sol, de las despedidas tristes de la noche sobre la montaña. Sabía que tarde o temprano con la luz llegaría él, y llenaría la casa de disculpas baratas y promesas de nunca más y ramos de flores robados en cualquier supermercado.
Lo amaba, sí. Lo amaba más que a su vida.
Pero en sus manos se habían ido acumulando el rencor y el peso de la rabia, del abandono y la tristeza.
Lo amaba tanto que había dejado de quererse a sí misma.
Se buscaba en las esquinas de su alma, intentaba reconocerse en el reflejo del agua de lluvia.
Pero se había perdido, ya no existía. Se había ido diluyendo poco a poco lo mismo que la nieve se derrite en marzo.
Y así, casi sin querer, mientras contemplaba el paisaje de invierno que se extendía hacia la playa, quiso encontrarse. Quiso encontrar a la mujer que fue, la que había sido algún día. La que sonreía coqueta en las viejas fotos, la que caminaba con paso firme por las calles de la ciudad. La que guardaba una hembra sensual y poderosa bajo su apariencia de niña buena. La mujer que ya no estaba en ella pero algún día había latido con su mismo corazón.
Con su maleta vieja llena de arena de olvido, cerró la puerta tras de sí sin mirar atrás. Quería empezar de nuevo, necesitaba empezar de nuevo.
Y por segunda vez en ese mismo día, sonrió. Y con su sonrisa de domingo recién estrenada comenzó a caminar calle arriba, pensando que después de todo no era tan difícil. Las comisuras de los labios hacia arriba y los ojos chispeantes. Sí, se hacía así...
EMMYLOU HARRIS/ GOODBYE
No volveran los dias que eran siempre igual
ResponderEliminarconvertida en reina de la casa
atrofiado el cuerpo de esperar
no volveran las noches que eran siempre igual
de llorarle tantas madrugadas
sus palabras torpes al llegar
A veces le mira como a un ser extraño
al que nunca pueda odiar
nunca fue dificil cambiar los afectos
ni una pasion grande por amor pequeño
NO VOLVERAN- CANCION DE ANA BELEN
Al leerte se me vino a la cabeza esta canción. No resulta fácil coger la maleta e irse sin mirar atrás incluso cuando sea lo mejor........
Describes con tan pocas palabras la sensación de soledad de esa mujer y al mismo tiempo su fortaleza al tomar la decisión de abandonar al hombre al que todavía ama...
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo Elena.
Besos.
Amalia F.
Triste, otoñal, pero no oscuro del todo, porque al final, aparece un rayo de luz, que ha dibujado en mi cara una sonrisa, de esas que elevan las comisuras de los labios y ponen los ojos chispeantes.
ResponderEliminarUn beso, Elena.
Me he quedado sin aliento.Yo también he olvidado como se sonrie.
ResponderEliminarCuando la felicidad no viene a nuestro encuentro es necesario salir a buscarla.
ResponderEliminarY volver a sonreir.
Bufff.Me hiciste llorar como una magdalena y tú sabes porque..........
ResponderEliminarBesos amiga. Y gracias por todo.
Paqui
¡ Que bonito relato!
ResponderEliminarSu lectura deja un poso de tristeza pero también de esperanza cuando EVA se despide del pasado y encara el futuro con una sonrisa.
Un beso, Elena.
Chapeau. De nuevo nos deleitas con un relato escrito a flor de piel.
ResponderEliminarDe nuevo dejas manar tu sensiblidad para contar sin aspavientos una historia cotidiana.
Espero que te lleguen todos los besos que te envio. ¿los sientes?
Muy guapo, rubia.
ResponderEliminarBesos que ayer no me pude despedir ya que tuve que salir antes.
En toda la quintanaaaaaaaaaaaaaaaa, jejejejej.
Fer
Hola Fer.
ResponderEliminarJajjaja. Qué guapa es, eh?
Me encanta. No te preocupes, que te perdono por no despedirte. Ve con Dios, hijo mío...
Besinos, tontin.
Muchísimas gracias Navegante.
ResponderEliminarPor cierto no se que he hecho que los comentarios no salen por orden de envío, en fins.
Ya podéis disculparme, a ver a qué botón dí mal esta vez...
Paqui, reina. No llores, né... que la vida es muy breve, todo se va, como una sombra leve. Ea que se va, la niña al convento, ea que se va...
ResponderEliminarVenga tesora mía. No me llore usté. Mil besos y gracias a tí.
Gracias anónim@.
ResponderEliminarTienes razón, si la Mahoma no va a la montaña... creo que es así, no?
Un beso y gracias por pasarte por aquí.
Ana, pues ya puedes empezar a acordarte. Es fácil. Las comisuras de los labios hacia arriba...
ResponderEliminarUn abrazo. Ojalá pronto puedas volver a sonreir.
Mmmmmmmmm. Aquí está mi Perikiyo.
ResponderEliminarMe alegro de verte, ya lo sabes. Y de que hayas sonreido. Está bien eso, sí...
Un beso multiplicado por mil.
Hola Amalia. Me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarBesos grandes.
Sabes, Santi? En esa misma canción pensé yo cuando lo escribí. La pena es que no la encontré ni en Youtube ni en Goear para poder ponerla.
ResponderEliminarMuchísimas gracias y un abrazo.
Carmen, gracias por pasarte por aquí. Me alegro de que te haya gustado y te haya transmitido esas cosas.
ResponderEliminarBesazo.
Tambien esta cancion le va muy bien a la entrada. Una gran cantante country y una gran cancion.
ResponderEliminarFelicidades y ojala que hubiera muchas EVAS en el mundo dispuestas a dejar atrás a quien las maltrata psicologicamente.
Un abrazo.
HOOOOOOOOOOOOLA FIGURINAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
ResponderEliminar¿SABES QUIEN SOY? ESE BAJO DE LA ESQUINA, INA, INA, INA...
YA ME CONTARON POR AHI QUE TENIAS UN BLOG JEJEJE. NO ME TORTURES QUE NO TE VOY A DECIR QUIEN FUE.
VOY A LEER TODO QUE VAYA COMO LE PEGAS A LA TECLA.QUE ESCRIBES BIEN YA LO SABIA Y QUE ERES UN BOMBON DE LICOR TAMBIEN.
BESOS...
ESE BAJO DE LA ESQUINA
¡¡¡¡Que bonito!!!!
ResponderEliminarA pesar de su tristeza tambien se puede ver un rayo de esperanza cuando Eva decide marcharse para vivir su vida y aprender otra vez a sonreir.
Besos,Elena
Hola Julio.
ResponderEliminarGracias por visitarme y dejar tu comentario. Me alegro de que te haya gustado. Y la canción es muy chula. A mí tambien me gusta mucho Emmylou...
Un besazo.
Ayyyyyyyyy. Que me da.
ResponderEliminarNo me lo puedo creer. Joseeeeeee.
No, no torturaré a nadie, pero si es que me da guerguensa, jolines.
Pues sabes algo? Me alegro de verte por aquí. He pensado que el próximo día pongo la dirección en el tablón de anuncios y así ya que se vengan todos pacá. Si es que...
Un besazo, bajo de la esquina, ina, ina...
Hola David.
ResponderEliminarMuchísimas gracias .Me alegra haberte transmitido todo eso. Así ví yo a Eva caminando calle arriba, triste pero con esperanza y sobre todo, sonriendo.
Besos para tí.
Bellisimamente real y doloroso.
ResponderEliminarPero siempre sale el sol.
Cariños
Una narración exquisita.. Prometeo me trajo hasta aquí y me quedo, me gustó muchísimo tu blog linda!
ResponderEliminarCariños!
Hola Abuela Ciber.
ResponderEliminarGracias y un beso. Y cariños...
Hola Sol.
ResponderEliminarPuedes quedarte cuanto quieras, esta es tu casa :)
Gracias por tus palabras. Muchos cariños para tí también.
Llego desde otro blog y quiero decirte que me ha gustado muchisimo lo que he leido.
ResponderEliminarSeguire leyendote Lady Elena.
Alma
Pues muchísimas gracias, Alma.
ResponderEliminarBesos,
Lady Elena... es que me gusta que me llamen así de vez en cuando. Cosas mías :-)
Me gusta mucho la música que elegís para el blog.
ResponderEliminarEsta cantante sin ser demasiado conocida, tiene una voz maravillosa. La canción de Secreto en la Montaña es una de mis preferidas.
Muchísimas gracias Luciana.
ResponderEliminarEs cierto, no es muy conocida pero a mí me gusta mucho y esa canción que mencionas es muy bonita.
Algún día la pondré, prometido :)
Un beso.