Y ví en sus ojos el reflejo del mar.
Y me recordó al mar. Y sentí que allí era donde quería quedarme, para siempre, prendida a su horizonte.
Y me recordó al mar. Y sentí que allí era donde quería quedarme, para siempre, prendida a su horizonte.
Los silencios se convirtieron en el preludio de mi locura, y le regalé un árbol para que se cobijase entre sus ramas, para que supiese que siempre buscaría la luna entre su pelo, para recordarle que nunca dejaría de soñar...
Una noche de piernas enlazadas en un número mágico, casi hipnótico, supe que sería su mirada líquida la que me acompañaría en la tormenta, la última que contemplaría cuando ya no quedase casi nada de mí...
Cabalgo sobre él y junto a él, y me hundo sin remedio en un agua tan verde como la esperanza, y se que necesito sus abrazos de sal y espuma para estar viva, para no tener miedo a merodear con mi pequeña barca por las costas de la muerte.
Y busco las trazas de su cuerpo, y sus pies que besan los peces asustados, y me encierro en la protección de sus brazos y sólo deseo navegar hacia él y naufragar con él una y otra vez entre las estrellas...
NAUFRAGOS DE LAS ESTRELLAS/ JOAO AFONSO
Preciosas y precisas palabras de amor.
ResponderEliminarS.
Hola S.
ResponderEliminarMe alegra que te gusten mis cosas.
Un saludo,
Elena
Naufragar entre las estrellas..
ResponderEliminarLinda metáfora y lindo sueño
Muy bonita por otra parte la canción la que acompaña al texto.
Me haces sentir identificada con tus escritos aunque yo no sabría ponerlos por escrito tan bonitos e intensos.
Besos Dama. Te sigo leyendo
Amalia F
Elena has conseguido interpretar como una canción de amor esta de Afonso que tengo entendido que escribió en homenaje a los subsaharianos que huyen en pateras de sus países buscando un futuro mejor.
ResponderEliminarMe emociona oirla desde el fluir de tus sentimientos ya que perfectamente puede ser tambien interpretada en clave de amor.
Enhorabuena por tu sensibilidad
Hola Amalia. Es bonita la canción, verdad?
ResponderEliminarY no vuelvas a decir que tú no sabrías. Todos sabemos expresar nuestros sentimientos, o por lo menos deberíamos saberlo. Lo de hacerlo más o menos bonito no tiene importancia.
Lo importante es sentir.
Me hace gracia lo de Dama. En otros lugares soy conocida como Lady... y no precisamente de Shalott. Qué cosas!!!
Gracias por tu visita y tus comentarios y por seguir leyéndome.
Un beso,
Elena
Hola Carmen. No tenía ni idea de eso que comentas. Esa canción la descubrí anoche, no había oído hablar nunca de ella.
ResponderEliminarPero sabes?
Fue como un golpe de esos que te llegan directos al corazón. Y supe que hablaba de mí, yo también navego, así me siento, y también naufrago, y pienso que no hay nada más bonito que hacerlo junto al hombre a quien quieres, si se ha de naufragar que sea siempre entre estrellas.
En realidad la vida es eso, navegar y naufragar, lo importante es no hundirse en el naufragio, no perder jamás la esperanza...
Es una lección que me ha costado aprender, que el amor no es rojo como un corazón, ni amarillo como el sol, ni blanco como la luna.
El amor es verde, como la esperanza.
Gracias otra vez por pasarte por aquí y otro beso,
Elena
Tu comentario ya es casi una entrada en si misma.Me tomo el atrevimiento de sugerirte que la desarroles e incluso el título:Los colores del amor.
ResponderEliminarEmanas pura poesía y un corazón al rojo vivo muchacha.
Hola Carmen. Sabes?
ResponderEliminarEso mismo pensé yo cuando volví a leer mi contestación.
Es que carezco de capacidad de síntesis y a veces escribo como una ametralladora...
Te acepto la sugerencia.
Un abrazo,
Elena
Y miramos el mar, cual si sintiéramos
ResponderEliminarque un oscuro naufragio nos convoca,
que olas del tiempo y soledad nos lanzan
contra arrecifes de tristeza, contra
mares de llanto sobre los que pasa
su helada mano un cielo sin memoria.
Leopoldo de Luis
Es un poema precioso. Gracias por compartir mis naufragios, Prometeo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Elena