La pista llena de gente, de humo y de hormonas flotando en el aire. Y esa curiosa sensación de tener toda la vida por delante, de ser dueña y señora de mi futuro. Aquellos pantalones azules de diminutos lunares blancos que me hacían un culo estupendo y que yo llamaba medio en broma, medio en serio, los pantalones de triunfar...
Por aquél entonces todavía no fumaba, pero encendí un cigarrillo nerviosa, porque no podía apartar los ojos de aquel chico alto que hacía el payaso con sus amigos en un rincón. Nos habíamos encontrado con la mirada varias veces, pero estaba segura de que no sería yo quien diese el primer paso, encerrada en mi castillo de princesa inaccesible, firme creyente y seguidora de esa teoría de que la chica espera y decide después...
Y pasaban los minutos y yo sentía el pulso acelerado, y el anuncio del deseo de estar entre sus brazos, de escuchar su voz, de llamarlo por su nombre. Y cuando sonó esta canción, me liberé de mi hechizo de Cenicienta, rompí las cadenas de los viejos prejuicios, y sin avisar siquiera a mis amigas, fui hacia su encuentro. No podía decirme que no, estaba estupenda aquella noche y además llevaba mis pantalones de triunfar y...
.- Bailas? (Dios, qué horterada, qué poco original, qué pueblerina... bailas?)
Me miró con sorpresa y durante unos instantes que me parecieron eternos, no dijo nada. Nada.
(A la mierda mis pantalones, ahora mismo me encierro en el baño y no salgo hasta la hora de irme)
.- Vale.
Y lo cogí de la mano, y temblando lo arrastré al centro de la pista.
Y allí, en medio de aquel espacio lleno de jóvenes como yo, me perdí en la inmensidad de su abrazo. Primero marcando las distancias, sin decir una palabra. Y poco a poco, dejándome llevar por la necesidad irrefrenable de sentir su olor, de apoyar mi cabeza en su pecho y desaparecer entre la gente, sólos él y yo en nuestro pequeño universo de luces y música.
Y allí, en medio de aquel espacio lleno de jóvenes como yo, me perdí en la inmensidad de su abrazo. Primero marcando las distancias, sin decir una palabra. Y poco a poco, dejándome llevar por la necesidad irrefrenable de sentir su olor, de apoyar mi cabeza en su pecho y desaparecer entre la gente, sólos él y yo en nuestro pequeño universo de luces y música.
Los dos dijimos algo a la vez, hablando muy cerca del oído, yo deseando encontrar su boca, él... no podría decirlo.
.- Dime...
.- No, no, di tú...
Y así fue. Así ocurrió. En mis sueños. ´
Y así debería haber ocurrido...
LIONEL RICHIE / SAY YOU, SAY ME
Elenita:estabas cojunuda con aquellos pantalones, me acuerdo de tí en El Jardin.
ResponderEliminarAunque yo era más joven jaja.
¿Y que pasó con el tío que te ligaste?¿Hubo roce?
Que nos dejaste con la miel en los labios y yo soy un cotilla
Fernando(voy pa Coro)
Esa canción es una de mis favoritas, me llena de nostalgia y esas cosas. Pero no he venido a hablar de mi sino de vos (que dirían los otros). Te expresas muy bien, eres un borbotón de sentimientos, será porque hablas de algo vivido, (o soñado, que es lo mismo). Enhorabuena por tus escritos.
ResponderEliminarBesos
Hola, hace tiempo que sigo este blog, pero hasta ahora no me había atrevido a escribir ningún comentario, porque yo estoy acostumbrado más a los foros y esto de los blogs me parece algo tan íntimo y personal, que uno tiene miedo de cagarla soltando alguna burrada.
ResponderEliminarPero como cada vez suelo ver más comentarios por aquí, supongo que si suelto alguna chorrada, se notaría menos.
Pues eso, que estoy de acuerdo con las opiniones que he leído por aquí, este blog es como una especie de océano de sentimientos en los que apetece navegar y también sumergirse en ellos.
Luis
Por un momento me trasladaste a esa pista de baile. ¿Fue un sueño? ¿Se hizo realidad?
ResponderEliminarTambién esa canción me llena de recuerdos y me provoca nostalgia.Siempre queda tanto por decir..
Estoy haciendome adicto a este blog.
ResponderEliminarAdemás de sensibilidad creo que tienes una gran femeneidad,eres muy femenina ¿te lo dijeron alguna vez?
Bailar pegados no es bailar
es como estar bailando solos
tu bailando en tu volcán
y a dos metros de tí
Bailando yo en el Polo
Bailar pegados es bailar
igual que bailar el mar
con los defines
corazon con corazón
en un solo salón
dos bailarines...
Leerte me recordó también a esta cancion
S.
Bueno, muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios, he estado liado y no pude contestaros como se merece.
ResponderEliminarAsí que allá voy.
Fernando: Utiliza la única neurona que tienes, anda. Léelo otra vez o las que haga falta, a ver si captas la idea, jaja.
Lo de joven ha sido una puñalada trapera, que lo sepas.
Y lo de cotilla sí que es cierto, éreslo...
Gracias por pasarte por aquí, un besín.
Prometeo: Te agradezco muchísimo tanto tu visita como tus palabras. Me alegra que te gusten mis cosas. Y puedes hablar de lo que quieras y de quien quieras. La canciòn también es una de mis favoritas y también me lleva a la nostalgia...
Besos para tí también.
Luis: Me ha hecho muchísima ilusión tu comentario, mil gracias. Tus palabras aquí siempre serán bien recibidas .Estás en tu blog, no lo olvides. Me ha encantado lo del oceáno de sentimientos... me lo quedo para siempre.
Esta canción la bailé una noche cualquiera y mientras sonaba yo estaba allí, lo viví a pesar de la distancia...
Besos navegantes.
Carmen: Como siempre, gracias por tu visita y por tus palabras. A veces si un sueño es muy profundo, si lo sueñas muchas veces, se graba en tu corazón como si realmente hubiese sucedido...
Besos.
Muy bonito y tierno, a la par que evocador.Como siempre.
ResponderEliminarAmalia F
Gracias Santi y Amalia.
ResponderEliminarAbrazos a los dos,
Elena