Hace ya muchos días que casi no come, que camina alterado por la calle, que chilla y da voces y se comporta como no lo ha hecho jamás. Alrededor de sus ojos se dibujan unas tenues sombras violetas, y a pesar de sus gritos, de su aparente hiperactividad, de sus risotadas a deshora y a destiempo, en cada pequeño gesto se adivina el peso del temor y la tristeza.
Se disfraza de pirata, y como si de repente hubiese descubierto el precio de crecer, el peaje de la vida y del paso de los años, también quiere ser Peter Pan, o Pitel Pan como él dice, con ese vocabulario todavía a media lengua que no sabe pronunciar las erres. Pitel Pan, para no hacerse mayor nunca, para no asumir que ya nada volverá a ser igual, para volar hacia NuncaJamás una y mil veces, y el Capitán Galfio, para luchar, para descargar su agresividad en mil peleas imaginarias. Curiosa dicotomía...
No es fácil luchar contra el miedo a que no te quieran, a que hayan dejado de quererte. No es fácil nunca, y menos si sólo tienes cuatro años.
Ayer, mientras comíamos un helado con los pies enterrados en la arena, me preguntó:
.- Tita, tú quieres ser mi mamá?
.- Cómo, Miguel. Tu mamá? Si tú ya tienes una mamá...
.- Sí, pero ella ahora es la mamá de Mateo y ya no es mi mamá.
.- Claro que no. Ella es tu mamá también y siempre lo será. Las mamás no dejan de ser mamás nunca. Y te quiere más que a nada en el mundo. Te quiere infinito, nunca lo olvides.
.-Tita, quieres ser mi mamá?
.- No puedo Miguel. Mamá sólo hay una, yo soy tu tita y te quiero mucho. No puedo ser tu mamá, tú ya tienes a la tuya. Lo que pasa es que ahora tienes que compartirla con Mateo, pero ella te quiere lo mismo, vamos, yo creo que te quiere más porque eres el hermano mayor y la ayudas un montón con ese pequeñajo. Ven, que te doy un besito traicionero.
Los besitos traicioneros... El se coloca a mi lado y empieza a darme besos llenos de saliva en las mejillas. Yo me hago la despistada, y él sigue y sigue, nervioso... Entonces de repente lo cojo y lo aplasto contra mí, y le doy mordisquitos y besos mientras gruño y me hago la ofendida y digo que me lo voy a comer enterito. Después se queda quieto en mis brazos, como un bebé, y lo acuno como a su hermano, y le hablo a media voz, y cuando se cansa, no lo suelto hasta que no dice las palabras mágicas, la contraseña: agugu, ajo...
Entonces se suelta de mi abrazo, hace que se distrae con cualquier otra cosa, hasta que empieza de nuevo el ritual...
Hoy cuando llegué a su casa, me esperaba con algo escondido detrás de su espalda y una mirada pícara que no supe descifrar. Me cogió de la mano nervioso y me llevó hasta su habitación para enseñarme su dibujo. Al parecer soy yo, una chica con tacones que parecen churros, el pelo amarillo limón y gafas de sol a modo de diadema. A su lado, alguien que es él, lo dice claramente también, Migel. Se le ha olvidado la U. Son los estragos del verano, a final de curso era capaz de escribir perfectamente su nombre, en letras mayúsculas, eso sí...
Entre los dos un corazón.
.- Tita, tú quieres ser mi novia?
.- Pero Miguel, tú ya tienes novia, no era Laura tu novia?
.-Sí, pero ahora eres tú. Eres mi novia, tita? Pero sólo mía, de Mateo no.
.- Claro, seré tu novia. Pero sólo tuya, Mateo es un pequeñajo y además no sabe ni hablar ni dar besos ni nada.
.- Entonces eres Wendy, tita? Y yo soy Pitel Pan. Vale, tita? Pampanilla no, tita. Wendy. Sí, tita?
.- Por supuesto, Campanilla no.
Seré su novia de verano. Seré Wendy, Pampanilla no... Y cuando empiece a clase de nuevo, y vuelva a ver a Laura, y se vaya olvidando de que tiene un hermano que lo ha destronado, que ha venido a finiquitar su reinado de hijo único, volveré a ser sólo su tita. Y Wendy, siempre...
THE PRETENDERS/ I'LL STAND BY YOU
Escribes sin artificios.
ResponderEliminarDesprendes una gran ternura y humanidad en tus escritos.
Resulta normal que Miguel sienta celos de su hermano, esperemos se le pase ya que mis hijos siguen celando uno de otro a pesar de ser ya grandecitos. Te leo con gusto,dama de Shalott.
Amalia F
Hola Amalia.
ResponderEliminarGracias por tu visita y por dejar tu amable comentario.
Me gusta que me leas con gusto.Y me ha gustado eso de "dama de Shalott", jaja. Me siento muy identificada con ella, por muchísimos motivos...
Un abrazo,
Elena
que bien escribes Elenita.
ResponderEliminarEscribes mejor que cantas. Que lo sepas,jajaj.
¡Es broma!
Ahora en serio, pobre Miguelín.Los críos siempre tienen celos de los hermanos,es normal.
Besos, rubia.Me gusta mucho el blog
Fernando
Fernandín, que las llevas, jajaja.
ResponderEliminarGracias por pasarte por aquí, pero para decir chorradas mejor no digas nada, grrrrrrrrrrrrrrr.
Que te doy con el meshero, Sole, jajaja.
Besos a tí también.